miércoles, 27 de octubre de 2010

Siguiendo con el contenido de clases

Chicos(as), cada una de las hojas del blog, tienen las presentaciones expuestas en clases. La idea de esto es que puedan generar preguntas al respecto y que entre rodos complementemos nuestros conocimientos.

En la página "Ensayos constitucionales" encontrarán lo visto hoy.

Saludos y nos vemos en clases.

Prof. JP Campos

lunes, 11 de octubre de 2010

Material de clases

Chicos(as), en la página "Independencia de Chile", encontrarán la información que revisamos en clases. Ingresen y dejen sus consultas y comentarios allí.

Nos vemos en clases.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Cuestionamientos a la enseñanza del tiempo histórico al interior de las aulas chilenas

Santiago, 17 de diciembre de 2009


La finalidad de la siguiente columna, es generar una crítica abierta a cuestionamientos que permitan un mejor desarrollo de la educación en Historia y Ciencias Sociales desde una perspectiva temporal, y de como se trabaja este concepto tomando en cuenta los análisis presentes realizados por un sinnúmero de intelectuales que trabajan esta materia.

Como miembro del mundo intelectual del país, creo necesario asumir lineamientos específicos que permitan un posicionamiento frente al tema de cómo se trabaja al interior de las aulas, el tiempo histórico. Para ello, debemos hacernos cargo de los problemas presentes, que se vislumbran al tratar temas de compleja magnitud histórica, y que sólo se les trata como un mero cambio –desde el punto de vista de la tratación cronológica de hechos- o como transición entre hitos continuos y aislados sin analizar la simultaneidad, cambio y permanencia presente, sin ver los ritmos propios que se expresan en términos cualitativos, perceptibles o no por la sociedad. Esto se debe principalmente, a que si bien, estando en boga las teorías de enseñanza constructivista, las prácticas educativas al interior de las aulas chilenas, siguen siendo positivistas al enseñar historia y las demás ramas de las ciencias sociales.

Desde mi perspectiva, y apoyado de un análisis exhaustivo de lo que nos presenta C. Trepat y P Comes en el libro “El tiempo y el espacio en la didáctica de las ciencias sociales” (1998), creo que es imperante analizar el objeto de conocimiento en nuestra práctica educativa, lo cual, nos permita inferir de manera concreta, el procedimiento más adecuado a utilizar en la conformación de nuevo conocimiento por parte de los educandos, no de forma lineal, como se ha venido haciendo hasta ahora, si no más bien, a través de la conciencia del tiempo, lo cual, esta ligado a la idea del tiempo como trayectoria inherente a la vida del hombre en sociedad. Con esto, invito a criticar el análisis que realizo, ya que solamente de esta manera, el gran triunfador será el educando al ganar un nuevo procedimiento de análisis que le permita entender de mejor forma el mundo que le rodea.

Si debo definir que es el tiempo histórico, debo tomar en consideración los aportes del mundo clásico, de A. Einstein y Kant (por nombrar algunos) con respecto al tiempo, para empezar a dar una lectura clara al tema y poder explicar, que el tiempo histórico tiene dimensiones, implica movimiento y tiene cambios constantes que dependiendo de su duración (corta, mediana y larga) -tomando en cuenta lo que F. Braudel nos dice al respecto-, pueden llegar a ser imperceptibles por parte de la sociedad en general. Por otro lado, debemos entender que el tiempo no tiene un tratamiento a través de un esquema lógico y rígido, que no es sólo la consecución de hechos coyunturales o hitos puntuales lineales que se van sucediendo uno tras otro sin más. Entonces ¿Qué es el tiempo histórico? se preguntará. Pues bien, tomando en consideración todo lo descrito, puedo concluir desde una perspectiva Braudeliana, que “el tiempo histórico es un constructo mental y social que implica duraciones y ritmos a través de la triangulación tiempo, cambio, movimiento; en un espacio social de desarrollo múltiple afectando o posibilitando a una comunidad humana”.

Con esto, debo volver a la materia principal de análisis que vendría a ser la gran pregunta: ¿Cómo se enseña el tiempo histórico? Tratar de responder, no es una tarea tan difícil, solo es necesario generar una reflexión con los antecedentes que manejamos como educadores.

En términos absolutos, el tiempo histórico, es visto de forma métrica como tiempo cronológico y lineal de forma somera –lo que es aún peor-, básica y sin ningún tipo de análisis crítico a su respecto, dejando de lado las duraciones del tiempo (corta, mediana y larga) y la presentación de una compleja simultaneidad de hechos en uno o múltiples espacios (Trepat; Comes, 1998).

Por otro lado, se nos abre una nueva pregunta ¿entonces, cómo se enseña el tiempo presente en las escuelas chilenas? Bueno, se enseña no tomando en cuenta el tiempo vivido por el alumnado, no considerando los ritmos propios de los adolescentes y sus experiencias.

Por consiguiente, es deber nuestro entender que el tiempo percibido por los educandos es propio de su edad, y a la vez, es individual y colectiva, sumido en una sociedad de cambios constantes, lo que les dificulta aún más la comprensión del tiempo histórico y el entendimiento del pasado-presente-futuro. Por ejemplo, el alumnado de educación media en Chile vive bajo la visión de alcanzar un futuro próximo -que aún no es claro-, vive su presente rápidamente y olvida su pasado en pro de poner su mente en un único fin que es crecer.

Otro punto de análisis, es la distribución de los contenidos del curriculum nacional y su organización. Como ejemplo de ello, tenemos que en segundo año de educación media, se ha compactado al máximo la historia de Chile en donde por lo general, no se llegan a ver la totalidad de los contenidos propuestos. De esta manera, en algunos casos, no se alcanza a ver Historia del siglo XX Chileno, lo que perjudica el analizar la historia más reciente de nuestra propia sociedad, no permitiendo una comprensión de la historia próxima, lo que implica que los alumnos deberán por su cuenta, aprender como puedan estos contenidos. Todo esto conlleva a la generación de prejuicios infundados de nuestra propia historia, a raíz de análisis someros.

Para finalizar, quiero proponer una pregunta generativa de reflexión que permita un posicionamiento pedagógico a este respecto: ¿Cuál es mi responsabilidad como educador para romper con el tratamiento de la historia sólo desde la cronología?


Sin otro particular, presto a sus dudas y comentarios, me despido muy atentamente.


Juan Pablo Campos Reyes
Alumno de Pre-grado en Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales
Universidad Academia de Humanismo Cristiano.